Año 2030... qué lejos suena, y sin embargo, qué cerca está!. Cuando he leído la temática para esta entrada, lo primero que he pensado al plantearme la educación en el 2030 ha sido en un futuro en donde la cibernética ha monopolizado todo, el profesor es ahora un robot que marca las directrices en el aula, los alumnos han olvidado lo que es un pluma estilográfica y el aula escolar ya no nos recuerda nada a la antigua imagen que teníamos de ella. Pero luego, lo he pensado bien y... 2030? si estamos en el 2020, y solo quedan diez años para que lleguen!.
Así que no, no creo que dentro de diez años hayamos avanzado tanto, incluso permitidme que dude de si vayamos a avanzar algo... Recuerdo cuando era pequeña y en mi clase se empezaron a introducir elementos tecnológicos poco a poco: una tablet, una pizarra electrónica... aquellos nos parecía maravilloso a todos y me imaginaba una educación cuando fuera mayor en donde la tecnología estuviera en auge. Pero han pasado los años, y tristemente, después de casi quince años de aquello, yo sigo en un aula y las cosas no han cambiado absolutamente nada. Y en la sociedad muchas veces tampoco, ha habido revoluciones que de vez en cuando conmocionan a la sociedad como el "palo de Selfie" que dice el meme, pero en esencia seguimos siendo los mismos.
Si en vez del 2030 pusiéramos un 2060 por ejemplo, ahí sí que fantasearía un poco más, y te diría que seguramente los alumnos en ese futuro no sabrán lo que es una tiza, pues ellos solo saben escribir con teclados, igual no saben ni cómo es la vivencia en un aula, porque reciben las lecciones telemáticamente desde sus casas (esto si que me recuerda un poco a la realidad...), igual no hay una figura de profesor como tal, y las lecciones se imparten de forma interactiva, en las que el alumno accede a la información por sí solo, igual no hay ni educación, porque existen microchips educativos que se inserten y te proporcionen todo el material didáctico necesario.... quién sabe.
A mi me gusta pensar que todo va a seguir igual, que por mucho que avancen las tecnologías, no serán capaces de dar con el algoritmo de las relaciones interpersonales, del trato humano entre profesor-alumno, de la reciprocidad y empatía en el aula, de la amistad entre compañeros.
Me gustan las tecnologías, y admito que aplicadas de forma correcta ayudan mucho en ámbitos necesarios, en donde incluyo la educación. Pero qué le voy a hacer, soy de la vieja escuela, valoro demasiado el trato personal, no sé manejar bien el power point y escribo los exámenes con pluma estilográfica. No sé cómo será la educación en el futuro, pero la del presente, con sus más y sus menos, seguro que me sigue gustando más.